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Uff, cada mañana mi armario y yo entramos en una batalla épica.
Es como si mis prendas se hubieran puesto en mi contra. No sé si es un complot de calcetines y blusas, pero el estrés es real.
Abrir esas puertas es como abrir una caja de sorpresas, pero no del tipo emocionante. Más bien del tipo “¿cómo es posible que nada combine?”
Es un desastre.
La lucha diaria es real. El jersey que me encanta no se lleva bien con los pantalones que quiero usar, y los zapatos que harían el conjunto perfecto simplemente desaparecieron.
Las mañanas se vuelven una maraña de colores y estampados que parecen competir entre sí para ver cuál puede desconcertarme más. Es un juego de rompecabezas en el que las piezas parecen cambiar de forma solo para burlarse de mis intentos de estar presentable.
¿te ha pasado esto alguna vez?
No se que ponerme… anda… justo me acabo de acordar que vi una historia en instagram (o tik tok, no me acuerdo) que decía:
Si no sabes que ponerte, ponte pestañas
Pues si, mira, me voy a poner mis pestañas chulas. porque yo lo valgo.
Voy a reservar mi cita con las chicas del Beauty y me voy para allá.
Te veo luego.
Besos.